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9 recomendaciones para que el trabajo remoto no se vuelva un infierno

Trabajo remoto desde la playa

Cuando te hablan de trabajo remoto, ¿te imaginas con un laptop desde una bella playa en el Caribe? O,  ¿atendiendo una video llamada desde la antigua plaza de una ciudad europea? Lamento decirte que así no funciona.

Al menos no cuando estás empezando.

Si bien es posible construir un estilo de vida que nos saque del cubículo de una oficina, y nos permita explorar otros lugares mientras trabajamos, la realidad es que el trabajo remoto no es tan romántico como lo pintan.

Al menos no el tipo de romanticisimo que nos imaginamos.

Con el tiempo vas a descubrir que si quieres ser exitoso siendo un teletrabajador, vas a tener que tomar acciones, y desarrollar ciertos hábitos para evitar que el trabajo remoto se te vuelva un infierno.

Aquí te comparto las 9 cosas que tuve aprender en el camino a ser un trabajador remoto productivo, apreciado por la empresa para la que trabajaba.

1. No empieces a viajar inmediatamente

Especialmente si es tu primer trabajo a distancia. Tómate el tiempo de adaptarte a tu nuevo empleo y al estilo de trabajo.

Al comienzo va a ser difícil, y un poco solitario. Pero vas a estar bien. Especialmente si sigues mis siguientes recomendaciones 🙂

Una vez le tomes el ritmo, y sepas qué te funciona y qué no, planea tu primer viaje.

2. Construye una rutina

Construye una rutina

Hay personas que se ajustan muy bien a las rutinas. Otras personas no. Sin embargo, para que el trabajo remoto sea eficiente y efectivo, necesitarás desarrollar ciertos hábitos gobernados por una rutina.

¿Qué podría pasar si no desarrollas una rutina?

  • Puedes terminar trabajando desde la cama hasta medio día.
  • Se te puede pasar el día trabajando sin compartir con tu familia.
  • Puedes no bañarte en todo el día.
  • Que pases días enteros sin salir de tu casa.

Estos son solo algunos ejemplos. Y al comienzo, puede parecer entretenido. Con el tiempo, lo vas a terminar odiando.

Por eso necesitas tener estructura, demarcada por una rutina.

3. Vístete para trabajar

Esto suena como algo trivial, y puede parecer insignificante. Pero creeme; el efecto sobre tu autoestima es impresionante.

Trabajar todo el día en pijama es entretenido al comienzo, pero con el tiempo te vas a sentir como un vago, cuyo trabajo no es importante.

Tampoco quiero decir que debes andar de andar de traje formal mientras estás en tu casa. Lo ideal es que sea ropa con la que te sientas cómodo.

El principal objetivo es que distingas entre tu ropa de “estoy trabajando” de tu ropa de “estoy en cualquier otra cosa, menos trabajando”.

4. Ten un espacio dedicado para trabajar

Los estadounidenses tienen un refrán que dice “don’t crap where you eat”. Yo lo cambiaria por “don’t work where you eat“.

Es simple. Evita trabajar en la mesa donde comes. Evita trabajar en los espacios donde te relajas con tu familia y amigos.

Dedica un espacio en tu hogar exclusivo para trabajar. Idealmente, aislado de otros espacios. Un lugar donde entras exclusivamente a realizar actividades laborales. Un lugar del que sales a hacer cualquier cosa, menos trabajar.

Esto no solo te ayuda a delimitar tus horarios a ciertos lugares. También ayuda a quienes viven contigo a saber que cuando entres a ese lugar, estás 100% enfocado en tu trabajo.

5. ¡Cambia de ambiente!

No tienes que estar siempre encerrado trabajando desde el mismo lugar.

Es sano que cambies de ambiente con cierta frecuencia. Al menos una vez a la semana diría yo.

Un café, un espacio de co-working o incluso la casa de uno de tus compañeros de trabajo, son excelentes lugares para romper la rutina.

Eso sí. Asegúrate que el lugar donde vayas te permita trabajar con las condiciones apropiadas.

6. Separa el hardware

Usa una tableta para tareas personales

Si tu empresa te da un computador, úsalo exclusivamente para actividades laborales. Evita emplearlo para videojuegos, visitar aquellos sitios a los que solo entramos en modo incógnito ;), o peor aún: usarlo para realizar trabajos a terceros. Esto último no solo no es cool, también podría tener consecuencias legales dependiendo del país y de tu contrato laboral.

Además, estar todo usando el tiempo usando el computador laboral, evita que descanses y recargues energías. Imagínate viendo una serie en la noche, y que llegue un correo, o que un cliente te escriba por chat. Muchos nos desconcentramos automáticamente y terminamos revisando el mensaje.

Por eso, así lo uses poco, compra tu propio hardware personal. Ideal, una tableta.

Allí, no instalarás nada del trabajo. Solo cosas personales y de tu estudio.

7. Separa el software

Lo anterior solo funciona bien si separas también el software.

Esto implica que tengas cuentas de correo y chat personales, separadas de las laborales. Así puedes conectarte sin miedo un fin de semana, sin que un cliente o tu jefe te escriban.

Y para alimentar el buen karma, no uses licencias de software de tu empresa para “freelancear”! Consigue tus propias licencias o usa open source para esto.

8. Estás, y al mismo tiempo, no estás

Tu familia, tu pareja o las persona con que vives pueden pensar que estás disponible cada vez que te necesiten. La verdad es que no siempre es así.

La realidad es que ESTÁS ahí, en el lugar donde viven, y al mismo tiempo, NO ESTÁS ahí.

ESTÁS cuando realizas una pausa activa y tienes unos minutos libres. También estás a la hora del desayuno, y probablemente a la hora del almuerzo. Y probablemente, estarás cuando una tarea urgente y poco frecuente requiere de ti.

Sin embargo, NO ESTÁS cuando vienen a contarte un chisme. No estás cuando te encuentras en medio de una reunión, o cuando estás resolviendo un problema difícil.

Al comienzo, para quienes te rodean va a ser difícil verte todo el día ahí. La mejor forma en que los puedes ayudar a saber cuando estás disponible es apoyándote en el cuarto punto de esta lista: teniendo un espacio separado de trabajo.

9. Comprométete a actividades que te lleven a un balance

Actividades con horario

Es muy fácil que se te vaya el día y la noche trabajando. Especialmente cuando haces algo con mucha pasión. Sin embargo, esto no es sano ni sostenible en el largo plazo. Al final, terminará afectándote personal y laboralmente.

Una forma que he encontrado muy útil para evitar que esto pase es comprometiéndote a actividades que te obliguen a parar de trabajar y salir.

¿Qué tipo de actividades?

Actividades que te cuesten dinero y que te obliguen a cumplir un horario.

Las mejores actividades son clases que te lleven a aprender algo diferente a lo que haces profesionalmente. En mi caso, clases de baile, cursos de idiomas o clases de cocina son muy buenos ejemplos.

¿Por qué actividades que cuesten dinero?

La razón es que al tener dinero comprometido en la actividad, esto debería “motivarte” a ir cuando tengas pereza de hacerlo, solo por el hecho de no perder tu dinero.

Conclusiones

La mayor preocupación de muchos con el teletrabajo es que las personas tienden a trabajar menos. Sin embargo, la práctica muestra que los trabajadores remotos trabajamos MUCHAS MÁS horas que alguien que va a la oficina. Las razones son varias, pero eso será material de otro post.

Espero que estas ideas te ayuden a encontrar ese balance que como trabajadores remotos solemos perder con cierta facilidad.

Varias de las ideas de este post fueron adaptadas del libro REMOTE, escrito por David Heinemeier Hansson (el crack detrás de Ruby on Rails) y Jason Fried, complementadas con mi experiencia como teletrabajador en los últimos 5 años.

Happy remoting!

Manuel Zapata


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Publicado en Trabajo remoto